Existen varios errores comunes que pueden ocasionar problemas durante una migración web, tales como no tener una estrategia clara, falta de planificación, falta de consulta con expertos en SEO, carencia de recursos o presupuesto, falta de pruebas y una resolución lenta de problemas, entre otros.
Para evitar estos problemas, es importante prepararse adecuadamente antes de iniciar la migración. Comienza informando a tus usuarios sobre el mantenimiento que realizarás, ya que aunque realices todo correctamente, siempre existe la posibilidad de que surja algún contratiempo y es mejor que tu audiencia esté al tanto.
Además, se recomienda no intentar migrar todo el sitio de una sola vez. Crea un ejemplo de la nueva web, verifica que todo funcione correctamente y luego procede a migrar gradualmente.
Evita realizar diferentes tipos de migraciones simultáneamente. Por ejemplo, si deseas cambiar el dominio, el hosting y el diseño web, realiza una tarea a la vez. Esto te ayudará a evitar cometer errores graves.
Si deseas mantener tu posicionamiento durante la migración, elige horas de menor tráfico para llevarla a cabo. De esta manera, minimizarás el impacto en caso de que algo salga mal. Además, al haber menos tráfico, el robot de Google podrá rastrear e indexar tu nueva web más rápidamente.
Recuerda que una migración web exitosa requiere una planificación cuidadosa y la consideración de factores clave como la notificación a los usuarios, la migración gradual y la elección de momentos adecuados para minimizar el impacto en el posicionamiento.
Prepara adecuadamente las redirecciones
La implementación correcta de las redirecciones es una de las actividades más importantes durante las migraciones de sitios web. Si no se realizan de manera adecuada, las clasificaciones en los motores de búsqueda podrían caer.
Las redirecciones son cruciales, ya que ayudan a los motores de búsqueda y a los usuarios a encontrar páginas que ya no existen, han sido renombradas o movidas. Desde una perspectiva SEO, las redirecciones 301 u otras variantes ayudan a los motores de búsqueda a descubrir e indexar las nuevas URL de manera más rápida. Además, permiten establecer la relación entre las páginas antiguas y las nuevas. Esto asegura que las señales de clasificación se transfieran de las páginas antiguas a las nuevas, evitando cambios en el posicionamiento.
Si las redirecciones se implementan de forma incorrecta, los usuarios podrían terminar en páginas de error 404 o en contenidos irrelevantes para su búsqueda. Esto aumentará la tasa de rebote y, en última instancia, afectará negativamente el SEO.
Una redirección mal ejecutada no transferirá adecuadamente las señales de clasificación, lo que resultará en una disminución en los rankings y pérdidas en los resultados orgánicos.
El tipo de redirección recomendado es la 301, ya que es permanente. Se utiliza al migrar de una versión antigua a una nueva, cambiar de dominio, pasar de HTTP a HTTPS o realizar reestructuraciones. Las redirecciones 302 son temporales y solo se deben utilizar en situaciones que no requieren una redirección permanente. Además, evita el uso de meta refresh o redirecciones JavaScript.
Asegúrate de preparar correctamente las redirecciones durante la migración de tu sitio web para mantener la integridad de tus rankings y asegurar una buena experiencia para los usuarios.
No olvides realizar el mapeo de las URL para las redirecciones
Es crucial informar a los motores de búsqueda que has trasladado tu sitio web de una URL a otra. Necesitan recibir instrucciones claras sobre el cambio de dirección. De lo contrario, podrías perder la autoridad que has construido a lo largo de los años, así como los rankings de palabras clave y otros elementos importantes.
Realiza un mapeo entre cada URL antigua de tu sitio y su correspondiente URL nueva. Basta con crear dos columnas para este propósito.
Si has eliminado una URL, evita redirigir a los usuarios a la página de inicio. En su lugar, redirígelos a páginas relevantes. Por ejemplo, si eliminas un artículo, redirige a una página relacionada en tu blog o a un artículo con temática similar.
Además, promociona la nueva URL de tu sitio si has realizado cambios en la estructura. Durante y después de la migración, informa en tus redes sociales sobre el cambio de URL. Puedes contactar a las personas que enlazaron a la antigua URL y pedirles que actualicen el enlace a la nueva URL.
Aunque las redirecciones deberían hacer que los enlaces antiguos sigan funcionando, se cree que se pierde cierto impacto y puede generar confusión entre los usuarios. Por lo tanto, es importante cambiar los enlaces a tu sitio web en los perfiles de las redes sociales y en las campañas publicitarias.
No olvides realizar el mapeo de las URL y actualizar los enlaces en las diferentes plataformas para garantizar una transición sin problemas y preservar el posicionamiento y la autoridad de tu sitio web.
Siguiendo estos consejos sobre cómo migrar tu web sin perder el posicionamiento te ayudarán a hacer bien esta tarea que puede resultar inevitable en algún momento.
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